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Items tagged with: homosexual
Les dejo un #artículo con el que me encuentro muy en acuerdo. Hace tiempo pienso esto, pero creo que en este artículo el #argumento está muy bien desarrollado.
Reconozco que la anterior es una #pregunta que me quita el sueño, porque contraponen dos de mis principios más básicos. El primero es el respeto por el #lenguaje… agradezco (o culpo?) a mi abuela, hoy de 90 años, quien me ha enseñado a valorar la belleza del #idioma y se honra esa belleza utilizándolo en forma adecuada. Las reglas #gramaticales y #ortográficas enseñadas en clases de #Castellano no eran abstractas para mí, eran la forma de respetar y reverenciar la palabra hablada y escrita.
Pero de pronto, ya adulta y trabajando, me enfrenté a una realidad que (desde mi condición de #privilegio) nunca había sido capaz de visualizar en profundidad: la exclusión. Una #exclusión sutil, invisible para los que no las sufrimos: el hecho de que el mismo lenguaje te deje fuera.
¿Por qué sentirme excluida si, sabemos, el idioma establece que estoy comprendida en el plural #masculino “todos”? Personalmente no me siento excluida. Pero claro, nunca me he sentido excluida de nada. Pero si una #mujer, ya minimizada en su importancia social por su #género y eventualmente por otra razones me dice que se siente invisibilizada, no me queda más que creer y acoger su vivencia. No puedo menospreciar su experiencia ni obligarla a sentirse incluida a través de la gramática.
Llegamos al todos y todas, chilenos y chilenas. Burlas, sátiras, pero para muchas un reconocimiento largamente adeudado. ¿Bastó? Parece que no. Lentamente, tímidamente, empezamos a conocer a otros. A “otres”. ¿Quiénes son? ¿Cuántos son? No lo sé, y no debiera importar mayormente. Son personas, iguales a mí el relevancia y dignidad, que no se sienten incluidas en la denominación binaria femenino/masculino. No hay indecisión, confusión ni está de moda, es una identidad diferente que merece ser honrada y, por tanto, nombrada.
Estoy de acuerdo con mantener el lenguaje formalmente aceptado en instancias (valga la redundancia) formales. Pero no podemos olvidar que el lenguaje es dinámico y, como tal, es de esperar que el “todes” sea parte del idioma español más temprano que tarde. A pocos debe preocuparles actualmente si la palabra correcta es “ámphora” o “ánfora”, y en su momento fue una discusión que acaparó titulares. Si hay quienes prefieren abstenerse de utilizar una palabra aún no reconocida por la Real Academia Española, lo entiendo, acojo y respeto. Lo que no puedo respetar y me espanta (no tengo otra palabra) es la vehemencia e incluso la agresividad con la que se ataca el uso del lenguaje #inclusivo. Porque cuando vemos una utilización incorrecta de un término o palabra, suele pasar desapercibido o bien se hace notar de manera humorística, pasajera. Pero cuando se trata del “todes”, de pronto la utilización de esa palabra pasa a ser más importante que el mensaje. No se escucha lo que sigue. La atención se centra en ese término, nada más trasciende. “Parece subnormal y adolescente diciendo palabras que no existen” he escuchado y recibido, aunque reconozco que sigo sin entender qué es subnormal y por qué adolescente debiera ser peyorativo.
Hay argumentos en contra del lenguaje inclusivo que pretenden apuntar a lo reflexivo y bienintencionado…“Una palabra no cambia nada”. Cierto, pero no olvidemos que el lenguaje construye realidades y hace visible lo que no se veía. El sólo hecho de estar escribiendo/leyendo estos párrafos nos abre a una realidad que tal vez ayer no formaba ´parte de nuestras reflexiones cotidianas.
“Si los nombramos, los estamos discriminando más”. En efecto, también sueño con que, algún día, no sea necesario señalar en forma deliberada a las personas #LGTBIQ+. Pero llevamos siglos sin ver, nombrar ni aceptar su existencia y el resultado no ha sido precisamente el #respeto ni la #integración a la #sociedad. Es necesaria una etapa de visibilizar para poder reconocer necesidades y corregir #injusticias. “Por qué no se preocupan de enseñar lenguaje de señas y Braille si quieren un mundo inclusivo”. Válido. He intentado aprender ambas, con moderado éxito.
Pero no veo la incompatibilidad de la inclusión en distintas esferas. No se aprende ni se enseña a respetar dirigidamente a una persona #homosexual, de otra #raza, de otro #credo, o con capacidades diferentes. Simplemente se respeta al otro/otra/otre en cuanto persona, ser humano, similar. Si no creo en este concepto, difícilmente voy a formar parte de una sociedad verdaderamente integradora de las diferencias, sean las que sean. Y si hay quienes sólo se sienten parte de la palabra “todes”, la voy a utilizar en las instancias en que se me permita. Mi nonagenaria abuela, al menos, ya entendió y acogió que mi cariño por las personas supere el respeto por el idioma.
Todos o #todes ...?
Reconozco que la anterior es una #pregunta que me quita el sueño, porque contraponen dos de mis principios más básicos. El primero es el respeto por el #lenguaje… agradezco (o culpo?) a mi abuela, hoy de 90 años, quien me ha enseñado a valorar la belleza del #idioma y se honra esa belleza utilizándolo en forma adecuada. Las reglas #gramaticales y #ortográficas enseñadas en clases de #Castellano no eran abstractas para mí, eran la forma de respetar y reverenciar la palabra hablada y escrita.
Pero de pronto, ya adulta y trabajando, me enfrenté a una realidad que (desde mi condición de #privilegio) nunca había sido capaz de visualizar en profundidad: la exclusión. Una #exclusión sutil, invisible para los que no las sufrimos: el hecho de que el mismo lenguaje te deje fuera.
¿Por qué sentirme excluida si, sabemos, el idioma establece que estoy comprendida en el plural #masculino “todos”? Personalmente no me siento excluida. Pero claro, nunca me he sentido excluida de nada. Pero si una #mujer, ya minimizada en su importancia social por su #género y eventualmente por otra razones me dice que se siente invisibilizada, no me queda más que creer y acoger su vivencia. No puedo menospreciar su experiencia ni obligarla a sentirse incluida a través de la gramática.
Llegamos al todos y todas, chilenos y chilenas. Burlas, sátiras, pero para muchas un reconocimiento largamente adeudado. ¿Bastó? Parece que no. Lentamente, tímidamente, empezamos a conocer a otros. A “otres”. ¿Quiénes son? ¿Cuántos son? No lo sé, y no debiera importar mayormente. Son personas, iguales a mí el relevancia y dignidad, que no se sienten incluidas en la denominación binaria femenino/masculino. No hay indecisión, confusión ni está de moda, es una identidad diferente que merece ser honrada y, por tanto, nombrada.
Estoy de acuerdo con mantener el lenguaje formalmente aceptado en instancias (valga la redundancia) formales. Pero no podemos olvidar que el lenguaje es dinámico y, como tal, es de esperar que el “todes” sea parte del idioma español más temprano que tarde. A pocos debe preocuparles actualmente si la palabra correcta es “ámphora” o “ánfora”, y en su momento fue una discusión que acaparó titulares. Si hay quienes prefieren abstenerse de utilizar una palabra aún no reconocida por la Real Academia Española, lo entiendo, acojo y respeto. Lo que no puedo respetar y me espanta (no tengo otra palabra) es la vehemencia e incluso la agresividad con la que se ataca el uso del lenguaje #inclusivo. Porque cuando vemos una utilización incorrecta de un término o palabra, suele pasar desapercibido o bien se hace notar de manera humorística, pasajera. Pero cuando se trata del “todes”, de pronto la utilización de esa palabra pasa a ser más importante que el mensaje. No se escucha lo que sigue. La atención se centra en ese término, nada más trasciende. “Parece subnormal y adolescente diciendo palabras que no existen” he escuchado y recibido, aunque reconozco que sigo sin entender qué es subnormal y por qué adolescente debiera ser peyorativo.
Hay argumentos en contra del lenguaje inclusivo que pretenden apuntar a lo reflexivo y bienintencionado…“Una palabra no cambia nada”. Cierto, pero no olvidemos que el lenguaje construye realidades y hace visible lo que no se veía. El sólo hecho de estar escribiendo/leyendo estos párrafos nos abre a una realidad que tal vez ayer no formaba ´parte de nuestras reflexiones cotidianas.
“Si los nombramos, los estamos discriminando más”. En efecto, también sueño con que, algún día, no sea necesario señalar en forma deliberada a las personas #LGTBIQ+. Pero llevamos siglos sin ver, nombrar ni aceptar su existencia y el resultado no ha sido precisamente el #respeto ni la #integración a la #sociedad. Es necesaria una etapa de visibilizar para poder reconocer necesidades y corregir #injusticias. “Por qué no se preocupan de enseñar lenguaje de señas y Braille si quieren un mundo inclusivo”. Válido. He intentado aprender ambas, con moderado éxito.
Pero no veo la incompatibilidad de la inclusión en distintas esferas. No se aprende ni se enseña a respetar dirigidamente a una persona #homosexual, de otra #raza, de otro #credo, o con capacidades diferentes. Simplemente se respeta al otro/otra/otre en cuanto persona, ser humano, similar. Si no creo en este concepto, difícilmente voy a formar parte de una sociedad verdaderamente integradora de las diferencias, sean las que sean. Y si hay quienes sólo se sienten parte de la palabra “todes”, la voy a utilizar en las instancias en que se me permita. Mi nonagenaria abuela, al menos, ya entendió y acogió que mi cariño por las personas supere el respeto por el idioma.
¿Todos o todes…?
Reconozco que la anterior es una pregunta que me quita el sueño, porque contraponen dos de mis principios más básicos.Andrea Von Hoveling (El Mostrador)
It is not entirely uncalled on my side. I had 3 different experiences with #transsexual and also #homosexual (2 different, one positive the other negative) people.
The first one was more as a third party. A trusted friend of mine told me about his friend doing one-night stands. He (his friend) was in Singapore and was looking for an #ONS . He found on streets a nice looking lady and they agreed for it so they went to his hotel. She was beautiful on all edges, nice skin (no birthmarks), long black straight hair and so on. Then they talked there a little and got into action. When she undressed her upper cloths and opens her bra, he said it was all perfect, nice round breasts with large nipples (no objectification intended by him) ... until she opened her underwear (means exposing her genitals).
He was so much shocked down to the bones (don't worry, he does fine now) and had to use all his diplomatic words and efforts he could come up with that he has an issue with her genitals, a penis with a testicle sack.
I had a similar issue in my past and will not go to ladies with a TS in their profiles anymore, to say it openly. When we were doing #sixty-nine I know for 110% that transsexuals are not my thing at all.
The next was on #Okcupid where I also found my now-girlfriend. But before her I messaged there with a (I believed) #straight woman (her profile didn't state transsexual) but I also wondered why she looked so #boyish to me. I also sent my now-girlfriend links to her images and she agreed with me that she looks very boyish. So I decided to politely ask if she was a transsexual as she always looked so boyish to me (and to my now-girlfriend). She asked back if that would be a problem with me and I said "Yes, it is." because of what is between her legs (a penis). I didn't say it so directly as I didn't want to offend or insult her.
Just to make my point clear: I'm not only into #heterosexual women because of their sexual identity but more importantly that they are a biological, natural woman.
The last thing then I saw and felt as heterosexual man misunderstood are the videos I already (tried to) showed to you. They (transsexual activists) have really absolutely NO right in telling us (heterosexual) what we have to feel and not to feel and who we date (for romance/sex/LTR/ONS/...) and not date. That's what I have an issue with.
The first one was more as a third party. A trusted friend of mine told me about his friend doing one-night stands. He (his friend) was in Singapore and was looking for an #ONS . He found on streets a nice looking lady and they agreed for it so they went to his hotel. She was beautiful on all edges, nice skin (no birthmarks), long black straight hair and so on. Then they talked there a little and got into action. When she undressed her upper cloths and opens her bra, he said it was all perfect, nice round breasts with large nipples (no objectification intended by him) ... until she opened her underwear (means exposing her genitals).
He was so much shocked down to the bones (don't worry, he does fine now) and had to use all his diplomatic words and efforts he could come up with that he has an issue with her genitals, a penis with a testicle sack.
I had a similar issue in my past and will not go to ladies with a TS in their profiles anymore, to say it openly. When we were doing #sixty-nine I know for 110% that transsexuals are not my thing at all.
The next was on #Okcupid where I also found my now-girlfriend. But before her I messaged there with a (I believed) #straight woman (her profile didn't state transsexual) but I also wondered why she looked so #boyish to me. I also sent my now-girlfriend links to her images and she agreed with me that she looks very boyish. So I decided to politely ask if she was a transsexual as she always looked so boyish to me (and to my now-girlfriend). She asked back if that would be a problem with me and I said "Yes, it is." because of what is between her legs (a penis). I didn't say it so directly as I didn't want to offend or insult her.
Just to make my point clear: I'm not only into #heterosexual women because of their sexual identity but more importantly that they are a biological, natural woman.
The last thing then I saw and felt as heterosexual man misunderstood are the videos I already (tried to) showed to you. They (transsexual activists) have really absolutely NO right in telling us (heterosexual) what we have to feel and not to feel and who we date (for romance/sex/LTR/ONS/...) and not date. That's what I have an issue with.